Una señora,muy mayor,apenas ve,la chica del bar le dice que lo que ha tomado cuesta 1´60,la señora rebusca en un monedero viejo y roto,quizá como ella,yo la miro de reojo,su nariz roza el monedero,estoy en la mesa junto a la suya,bromeo con la camarera,como ayer,como mañana,las voces se mezclan con el incesante tintineo de las monedas esquivas,la camarera se va a atender a otro,me incrusto como siempre los auriculares y me lío un cigarro,la señora se planta delante de mí,quizá me estaba hablando y yo no la oía,dejo los auriculares en cualquier sitio y me dispongo a ayudarla,me ofrece su monedero raído y limpio a fin de que intente yo capturar el dinero requerido,me confía su humilde tesoro,no me conoce,pero algo en mi voz le ha dicho que voy a echarle una mano,revuelvo las monedas ya revueltas,no hay billetes,distingo algunas de dos euros,estoy de fin de mes,sacaría para tabaco,ella mira hacia otra parte,o hacia mí,da lo mismo,confía en mi voz,y en mí,llevo mi uniforme pero ella no lo sabe,no me está hablando por él,otras personas le debieron quitar dinero,otros días,en otros bares,por eso no lleva billetes,sólo monedas,capturo el 1´60 y lo deposito en su mano izquierda,el importe erróneo de su mano derecha lo introduzco en el monedero,lo cierro y se lo doy,a cada gesto mío sucede una palabra de agradecimiento sincero suyo,le quito importancia a mi acción y la señora se sienta de nuevo junto a su marido que no habla,parece aún mayor que ella,antes de volver a mi música la señora empieza a hablarme,nuestras mesas están cerca,no recuerdo de qué al principio,despachamos rápido el calor estival y otros preliminares y me está contando que trabajó en la ONCE hace ya mucho,un día un joven la ayudó a cruzar la calle,ella le regaló un cupón,el joven ganó un dinero con el que pudo casarse,la estuvo buscando,la encontró y le dio un abrazo y un regalo,ella me habla del abrazo mientras sonríe recordándolo,yo la felicito sin tener que buscar palabras, le hablo de mi hija,ella no ha podido tener y cambia su expresión,ya no hablo de mi hija,le hablo de mi trabajo,un minuto más y podría hablarle de mí,estoy relajado,a veces conectas con alguien a la primera,parecemos amigos,su marido sigue ausente,no interviene,ella me cuenta que tiene una hermana en Sevilla y el mes que viene va a poder ir a verla,vuelve a sonreír viendo la imágen de ella,yo también sonrío,incluso por dentro,de repente me encanta que pueda ir a ver a su hermana una señora que no conozco,los Megadeth chillan flojito en mi regazo,"Holy wars" intenta recaptar mi atención ya captada hace un rato,me encantan los Megadeth,no les hago ni puto caso,ella me asegura que existe un dios que vela por las personas de buena voluntad,yo la escucho y por unos segundos respeto al supremo por ayudarla a ser como es,luego me dice que soy muy guapo y yo no se lo discuto,me ve así,me queda poco tiempo,debo irme a trabajar,ella vuelve a levantarse y viene hacia mí,vuelve a ofrecerme el monedero y me dice que saque ahora el importe de lo que yo estoy tomando porque quiere invitarme,yo me niego en rotundo,ella insiste,yo me niego ya no en rotundo,ella insiste,yo acepto porque algo me dice que se llevaría un disgusto si rechazo su invitación,le digo que yo no podré invitarla otro día porque no frecuenta este bar,ella me dice que viene a menudo,no volveré a verla,mi café vale 1´30 pero hoy vale más,hoy es más que un café,me sentará bien,se despidió con un adiós disfrazado de hasta luego,que tenga un buen día dije yo deseándolo de corazón,desaparecen de mi vista,tengo las pilas cargadas,la vida no es una mierda,y yo soy humano,por fin.
